miércoles, 29 de diciembre de 2010

El día que Paula fue gigante.

Cuando levantó su copa para despedir el año que se iba, Paula se sintió gigante y le soltó la mano al 2010 sin un solo reproche. No todo había sido perfecto, pero lo mejor había pasado. Ella había dejado ir y había vuelto a recuperar su paz interior, había vuelto a ser la de siempre.
Se sintió tan, pero tan gigante, que no pudo evitar recordar aquella frase que su amiga María le dijo un día en medio de una de esas crisis que sólo la dejaban llorar: "Cuando hablás de él te volvés chiquitita, vos, que sos tan grande y hermosa, vos que podés contra todo, te volvés diminuta".
Paula arrastraba mal de amores de una "relación" de casi dos años. Y ya saben ustedes cómo es el amor. Así como te hace gigante un día, al otro día te deja acurrucada en un rincón preguntando qué pasó, cómo fue que te encogiste de golpe.
Es que un buen día Paula se enamoró. Y sintió maripositas en la panza y tocó el cielo con las manos y todas esas cosas que pasan cuando uno se enamora.
Pasa que un caballero la llenó de atención, mimos, palabras y días mágicos y claro, un buen día el hombre también decidió tomar distancia. Ojo, una distancia prudente, esa que mira desde lejos y siempre vuelve a aparecer, como para no perder el tesoro del todo, para seguir teniendo siempre una chance en ese puerto.
Y Paula sintió que su vida se terminaba en ese abandono. Sintió que sabía lo que tenía que hacer ante aquel hombre que jugaba con sus sentimientos pero no podía hacerlo.
Algo dentro suyo no le permitía dejar ir, cerrar la puerta que él pretendía dejar, al parecer, siempre entreabierta.
Su mente y su corazón libraron en ella una gran batalla que por momentos se tornó agotadora, desequilibrante, terriblemente dolorosa, sobre todo terriblemente dolorosa.
Pero un buen día Paula decidió soltar amarras de ese puerto, decidió cerrar la puerta con doble vuelta de llave y tirar esa llave lo más lejos posible. Decidió “quemar las naves”.
Así fue como luego de un encuentro más de los tantos que tuvieron, despidió a Marcos sabiendo que esa era la última vez que lo veía. Lo despidió feliz, convencida de que eso era lo que más deseaba en el mundo.
Paula fue libre y volvió a sentir una paz enorme dentro de sí, esa paz que se siente cuando el bienestar propio no depende de nadie más que de uno mismo.

16 comentarios:

  1. Excelente post, mal de muchos consuelo de otros tantos... los jugados solo existen en las pelis no?
    Gracias por compartir esto.

    ResponderEliminar
  2. No, los jugados/as existen en la vida real también, sólo que a veces son más difíciles de encontrar.
    Gracias por leer!

    ResponderEliminar
  3. La clave está en esa última frase... no sólo para Paula.
    Bien por el post, Tati.

    ResponderEliminar
  4. Qué bueno que te gustó Pau. Gracias por leer y comentar.
    Y otras gracias para vos Iván. Y sí, claro, lo más importantes y la clave es esa última frase. En la medida de lo posible, nuestra felicidad y bienestar no debería depender de nada ni de nadie, salvo de nosotros mismos.
    Besos miles a los dos!

    ResponderEliminar
  5. Paula amó, y con seguridad, gozó, sufrió, rió y lloró.
    Pero por sobre todas las cosas, Paula vivió.
    Y apuesto a que hoy no es ni mejor ni peor mujer que antes de su historia, pero si es una más fuerte.
    Porque su alma carga, imagino que con gran dignidad, una de esas cicatrices que así como nos recuerdan el dolor de la herida, también nos enorgullecen por haber sobrevivido al sablazo.

    Saludos,

    Lucas C.

    ResponderEliminar
  6. Y sí, lo que no mata engorda... Bueno, eso, vos entendés.
    Claro, Paula sobrevivió al sablazo y seguro que es mucho más fuerte, mucho más mujer y mucho más humana que antes.
    Gracias Lucas!

    ResponderEliminar
  7. mMMM, en fin, una historia que se repite en ls mujeres siempre creyendo haber encontrado el principe azul, sin embargo tarde se da cuenta que e un linyera

    ResponderEliminar
  8. No estoy de acuerdo. Es fácil decir que el problema es de las mujeres que creen encontrar el príncipe azul en cualquiera.
    Primero, porque no todas las mujeres buscan príncipes azules, de hecho, muchas sabemos que no existen.
    Segundo: por qué tendría que ser un problema de las mujeres?. Acaso no puede ser que muchos hombres se empeñen en mostrarse como príncipes azules, en busca de algún objetivo, cuando en realidad no lo son?
    Para pensar y para un nuevo post.
    Gracias igual por tu comentario. ;)

    ResponderEliminar
  9. Me identifico tanto con esa lucha interna...
    Muy lindo Itati, realmente me hizo recordar cosas que no tengo que olvidar!

    Besote grande!

    ResponderEliminar
  10. A veces es bueno recordar. Me alegro que sirva.
    Gracias por leer Nico!
    Besos

    ResponderEliminar
  11. Qué lindo escribís! Hermosa historia. Cuántas veces necesitamos volver a sentirnos gigantes, y cuánto valor hace falta para eso. Lástima que no lo leí hace 10 años (lo hubiera necesitado)! Seguí deleitándonos con estas cosas. Te felicito!!

    ResponderEliminar
  12. Qué bueno que está poder sentirse gigante otra vez! Soltar la mano a lo que debe irse, liberarse y resurgir con más fuerza. Me encantó la historia; escribís hermoso, transmitiendo sentimientos en cada párrafo. Todo un don. Felicitaciones!! Y que sigas deleitándonos con tu arte. Gracias!

    ResponderEliminar
  13. Sol, muchas gracias por lo que me decís. Me dan ganas de seguir escribiendo. Besos!

    ResponderEliminar
  14. Ita: por tercera vez escribo mi comentario sobre el día que paula fue gigante: es una historia GIGANTE, en medio de una cosa q parece pequeña.
    La verdad me toca mucho mas adentro que el corazón, por razones obvias.
    Estoy muy feliz de tener una amiga que escriba así...tan fresca, tan directa y tan honestame: como sos vos.
    La satan, acaba de comenzar a gestarse...veremos como se desarrollan los acontecimientos.
    Seguí escribiendo mucho.

    ResponderEliminar
  15. Amiga de mi vida! Sabés qué recordé con El día que Paula fue gigante? las tantas historias que hemos leido de Poldy Bird, te juro!!!! Sabés que estoy no?, a pesar de la distancia, de todas las diferencias, a pesar de todo... nos une algo que para mi es inquebrantable... el verdader AMOR. Demás está decirte lo que significás para mi...siempre te recuerdo...siempre estás aquí conmigo. Hoy mi hijito comenzó el Jardín y te juro que te pensé tantas veces amiga mia! tengo ese día grabado en mi retina, nuestro primer día de jardín en la Escuela Urquiza!!! y a pesar que pasaron unos 28 años más o menos, puedo sentir hasta el olor! puedo recordar los colores, puedo escucharte y mirarte y describirte con todo detalle, será que Dios me estaba mostrando ese día a una de las personas que acompañaría todos mis pasos? Será que Dios sabía de antemano lo que ibas a significar en mi vida... Te amo.

    ResponderEliminar