¿Me perdí? ¿Me secuestraron? ¿Me robaron? ¿Me escondí? ¿Me escapé?
No sé, pero la cosa es que no me estoy encontrando.
Me busco y no me encuentro.
Y tengo esa sensación acá, bueno no, ahí justo ahí no. Acá, en este lugar, ese que no sé muy bien dónde está, pero sí sé dónde se siente. Sí, sí, ahí, justo ahí. Vos entendés.
Y esa sensación no deja que me encuentre. Como que el árbol me está tapando el bosque, o algo así.
Y me busco y no me encuentro.
Guardo la calma, todavía no desespero.
Pero la verdad, la verdad es que me extraño.
Volvé Itatí, te perdono.
Mujer, hija, hermana, madre, esposa, amante, tía, periodista, amiga…Soy todo eso, y a veces más. Ejerzo de a ratos y a veces a tiempo completo, con todo mi humor y mi paciencia y, a veces, sin ninguna de las dos cosas. Soy artesana de mi destino: lo moldeo a mi gusto, como quiero, como me va saliendo. Soy lo que hay y siempre, o casi siempre, me gusta lo que soy. Hoy, lo comparto con ustedes.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
El aire no seca todas las cicatrices
Hace días, mi niño menor se cayó, fue uno de esos golpes lindos que dejan tremendo raspón en las rodillas. Como suele suceder en esos casos, entre llanto y llanto, pedía que le ponga curitas. (Si, ellos inocentemente todavía creen que todo se cura poniéndose esos apósitos mágicos)
Por supuesto que la experiencia, y la voz de nuestra madre que llega desde lejos, nos hacen saber que no, que lo mejor en ese caso no es poner curitas, sino dejar el raspón al aire para que se seque, se haga la costrita, y después de unos días, si el niño no ayudó antes con sus deditos, la costra caiga sola y quede, o no, una hermosa cicatriz.
Si, ya sé, todo muy lindo pero, ¿a cuento de qué viene esto?. Y esto viene a cuento de que anoche durante el recital de Rosana (sí, mi gusto musical es versátil) escuché en una de sus canciones esta frase: “No se secan al aire cicatrices de amor”.
Repito: “No se secan al aire cicatrices de amor”. (Por si la quieren escuchar acá va link http://www.youtube.com/watch?v=kGnpCZy-ykA )
Y sí, inmediatamente vino a mi cabeza mi madre, diciendo que lo mejor era no poner curita y dejar esa cicatriz al aire, y a mi misma repitiéndole el cuentito a mi hijo.
Pero claro, en este caso hay un detalle fundamental, hablamos de cicatrices de amor que poco tienen que ver con las otras. Entonces se me vino encima todo el peso de la verdad de esa frase. Y pensé qué fácil sería todo si ante el primer magullón que deja el amor fuese tan sencillo como dejar la herida al aire libre. ¿Te imaginás diciéndole a tu amiga, pará, bancá un toque, vamos a una plaza a tomar un poco de sol y aire así se me seca esta herida que tengo y se me pase el dolor? Sería hermoso, pero es tan iluso como creer que si te ponés la curita, la lastimadura se cura como por arte de magia.
Creo que las heridas que deja el amor, (pará, ¿el amor o las personas de las que nos enamoramos? Epa, les dejo la inquietud) se curan sólo con el tiempo y siempre, pero siempre, te diría casi como condición sin e qua non, dejan cicatrices, de esas que no se ven a simple vista, pero que aparecen si buceas un poco en tu interior.
A veces esas cicatrices sirven para no cometer el mismo error otra vez. Ojo, dije A VECES, y sí, están los que tropiezan dos veces con la misma piedra, y tres y cuatro y así…
A veces modifican nuestra vida radicalmente y ya nunca más somos los mismos después de esa herida. No volver a creer ni confiar en los que se acercan, suele ser uno de los resultados. Triste, pero real. Después medís cada palabra, analizas si lo dijo, por qué lo dijo y si lo sintió, y claro, difícilmente volvés a exponerte así porque sí, con inocencia y entrega total. Y sí, es que el que se quema con leche, además de quedarle la cicatriz, ve una vaca y llora.
Y así, sin distinción de sexo, religión, color, edad, si usás twitter, facebook o no tenés ningunas de esas dos redes sociales, el amor nos atraviesa por completo, nos lleva a lo más alto de la cima y después cuando caemos, nos golpeamos y viene ese momento en donde pedís como loco una curita y donde viene otro y te dice que no sirve la curita, pero pará… tampoco sirve el aire… ¿Y entonces? ¿Qué sirve?
Sin ser muy experta y cayendo en frase hecha, sirve el tiempo. Dejar pasar el tiempo, rodearnos de gente que nos quiere, nos cuida, nos hace ver lo importantes que somos, lo que valemos. Tener amigos, de esos que están siempre, los que levantan con cucharita al otro cuando una herida lo dejó herido de “casi” muerte (nadie muere por amor, bueno, eso creo), los que saben callar y escuchar cuando hay que hacerlo y dar los consejos necesarios cuando es el momento indicado.
Creo que sirve eso, pero por las dudas, ¿por qué mejor no armamos una movida en FB, TW y dónde sea, para que la gente de Curitas se deje de joder e invente las curitas que curen heridas de amor? Digo, ¿no sería más fácil y todos felices comiendo perdices con la solución en el botiquín y al alcance de la mano? Piénsenlo.
Por supuesto que la experiencia, y la voz de nuestra madre que llega desde lejos, nos hacen saber que no, que lo mejor en ese caso no es poner curitas, sino dejar el raspón al aire para que se seque, se haga la costrita, y después de unos días, si el niño no ayudó antes con sus deditos, la costra caiga sola y quede, o no, una hermosa cicatriz.
Si, ya sé, todo muy lindo pero, ¿a cuento de qué viene esto?. Y esto viene a cuento de que anoche durante el recital de Rosana (sí, mi gusto musical es versátil) escuché en una de sus canciones esta frase: “No se secan al aire cicatrices de amor”.
Repito: “No se secan al aire cicatrices de amor”. (Por si la quieren escuchar acá va link http://www.youtube.com/watch?v=kGnpCZy-ykA )
Y sí, inmediatamente vino a mi cabeza mi madre, diciendo que lo mejor era no poner curita y dejar esa cicatriz al aire, y a mi misma repitiéndole el cuentito a mi hijo.
Pero claro, en este caso hay un detalle fundamental, hablamos de cicatrices de amor que poco tienen que ver con las otras. Entonces se me vino encima todo el peso de la verdad de esa frase. Y pensé qué fácil sería todo si ante el primer magullón que deja el amor fuese tan sencillo como dejar la herida al aire libre. ¿Te imaginás diciéndole a tu amiga, pará, bancá un toque, vamos a una plaza a tomar un poco de sol y aire así se me seca esta herida que tengo y se me pase el dolor? Sería hermoso, pero es tan iluso como creer que si te ponés la curita, la lastimadura se cura como por arte de magia.
Creo que las heridas que deja el amor, (pará, ¿el amor o las personas de las que nos enamoramos? Epa, les dejo la inquietud) se curan sólo con el tiempo y siempre, pero siempre, te diría casi como condición sin e qua non, dejan cicatrices, de esas que no se ven a simple vista, pero que aparecen si buceas un poco en tu interior.
A veces esas cicatrices sirven para no cometer el mismo error otra vez. Ojo, dije A VECES, y sí, están los que tropiezan dos veces con la misma piedra, y tres y cuatro y así…
A veces modifican nuestra vida radicalmente y ya nunca más somos los mismos después de esa herida. No volver a creer ni confiar en los que se acercan, suele ser uno de los resultados. Triste, pero real. Después medís cada palabra, analizas si lo dijo, por qué lo dijo y si lo sintió, y claro, difícilmente volvés a exponerte así porque sí, con inocencia y entrega total. Y sí, es que el que se quema con leche, además de quedarle la cicatriz, ve una vaca y llora.
Y así, sin distinción de sexo, religión, color, edad, si usás twitter, facebook o no tenés ningunas de esas dos redes sociales, el amor nos atraviesa por completo, nos lleva a lo más alto de la cima y después cuando caemos, nos golpeamos y viene ese momento en donde pedís como loco una curita y donde viene otro y te dice que no sirve la curita, pero pará… tampoco sirve el aire… ¿Y entonces? ¿Qué sirve?
Sin ser muy experta y cayendo en frase hecha, sirve el tiempo. Dejar pasar el tiempo, rodearnos de gente que nos quiere, nos cuida, nos hace ver lo importantes que somos, lo que valemos. Tener amigos, de esos que están siempre, los que levantan con cucharita al otro cuando una herida lo dejó herido de “casi” muerte (nadie muere por amor, bueno, eso creo), los que saben callar y escuchar cuando hay que hacerlo y dar los consejos necesarios cuando es el momento indicado.
Creo que sirve eso, pero por las dudas, ¿por qué mejor no armamos una movida en FB, TW y dónde sea, para que la gente de Curitas se deje de joder e invente las curitas que curen heridas de amor? Digo, ¿no sería más fácil y todos felices comiendo perdices con la solución en el botiquín y al alcance de la mano? Piénsenlo.
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